martes, 4 de noviembre de 2014
miércoles, 25 de junio de 2014
29. It's only rock'n'roll, but...
Mi hermana Lola siempre fue la rockera de mi casa. Desde
bien pequeño la recuerdo escuchando la radio a toda hora y arreglándose durante
horas para salir los sábados por la tarde. Lola era moderna, y vestía como
vestían las modernas, con sus minifaldas, sus cinturones de hebilla ancha, sus
botas altas y sus sueters ajustados. Buena parte de mi pasión por la música
debí heredarla de ella. Estoy seguro.
Con ella he compartido varios momentos musicales
absolutamente inolvidables, como aquella gira del 82 del Rock & Rios que
ya conté, cuando estaba embarazada de mi sobrina Ana, que hoy tiene más de 30
años y que también ha heredado muchas cosas de su madre, y seguramente de su
tío, aunque entre ellas no esté la pasión por la música. Pero esa es otra
historia que algún día retomaré…
De todos esos momentos, hay uno que destaca porque
posiblemente es el más gran espectáculo de rock que hemos visto juntos. Una
pequeña locura que nos llevó a embarcarnos en un viaje a Madrid para ver nada
más y nada menos que a The Rolling Stones.
Tras su famoso paso por España en 1982, con aquella lluvia
torrencial y aquel seguimiento mediático, no habían vuelto a España. Los
rumores de separación definitiva y el lanzamiento de algunos discos de regular
calidad apoyaban esa idea, pero en 1989 salió al mercado Steel Wheels, que
era un disco más que notable y que fue apoyado por la gira Urban Jungle Tour que llegó a Madrid en junio de 1990.
Y no lo pensamos dos veces. Nos apuntamos a un viaje
organizado que partía en bus desde Valencia y el domingo 17 de junio de 1990,
hace 24 años ya, nos plantamos en la grada del Vicente Calderón dispuestos a
vibrar al máximo con el mayor espectáculo del mundo.
El escenario tenía un diseño brutal y complejo. Estaba lleno
de escaleras y pasarelas, marquesinas y enormes estructuras de tubos forradas
con telas estampadas en amarillo y naranja. Era lo nunca visto. Y los Stones
fueron aquella noche la mejor banda de rock’n’roll posible. Con todos al
completo, incluido Wyman que dejó la banda después de la gira, músicos de apoyo
(un pianista maravilloso recuerdo) y hasta varios coristas negros. El recorrido
fue increíble. Exactamente lo que un fan de los Stones puede soñar... Bueno no, siempre les agradeceré ese “Ruby Tuesday” , pero no les perdonaré haberse olvidado de “Angie”... En fin, varios
temas de su último disco, y un sinfín de clásicos redondos de todas las épocas.
Sonaron negros, blancos, ácidos, disco, sonaron
a blues, a soul y mucho mucho a rock’n’roll. Y Lola y yo nos dejamos llevar
conscientes de que era un viaje irrepetible que nunca olvidaríamos.
"Start Me Up" The Rolling Stones. Live at The Max 1990.
Cuando empezó a sonar ese riff perfecto de “Start me up”,
con Keith imponente, y apareció Jagger, posiblemente la estrella del rock que
más sexo y energía desprende en escena, fue como un chute que nos mantuvo
levitando toda la noche. Bailamos con “Miss you”, nos emocionamos con
lagrimones y todo, con “You
Can't Always Get What You Want”, que no la esperábamos porque la
conocíamos como cara b del single de “Honk Tonky Woman”, que también sonó por
supuesto, dando paso a dos enormes
muñecas hinchables con balones de fútbol con las que alucinamos.
"You Can't Always Get What You Want" The Rolling Stones. Live in Tokio 1990.
Y nos volvimos
locos con “Paint It Black”, que nos encantaba porque adorábamos en single que
teníamos de “Todo Negro” de Los Salvajes, y perdimos la razón al escuchar las
percusiones y los gritos que nos traían “Sympathy For The Devil” hasta nuestros sentidos… Uuuuh
Uuuuuuuh, Uuuuh Uuuuuuuh… Hoy para mí, ese diablo y esa guitarra afilada y ese
ritmo peligroso, siguen formando parte de uno de los mejores instantes vividos.
Desde entonces, siempre que la vuelvo a escuchar se me pone un nudo en la
garganta, y me veo a mí, y veo a Lola, ambos borrachos de felicidad y vértigo,
y pienso en lo grande que es el mundo y en la suerte que tenemos por saber
aprovecharlo.
"Sympathy For The Devil" The Rolling Stones. Live at The Max 1990.
Lola y yo
hemos compartido muchas canciones, muchos conciertos, pero los Stones son los
Stones. Y sí, es cierto, es solo rock’n’roll… ¡pero nos gusta! Y Jagger, con
esas carreritas, esos saltos, esos morros y ese descaro, nos gusta, si cabe,
más.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
Favoritas: The Sesame Muppet Songs
The Muppet Show es la serie protagonizada por divertidas marionetas, que fue todo un éxito en la TV norteamericana en los 70 y 80. En España se llamó “Los Teleñecos”, y para mí representan algunos de los mejores momentos televisivos de mi infancia. Con el tiempo descubrí sus discos, nada fáciles de conseguir, repletos de divertidas versiones de clásicos y temas de moda.
Pero si hay una canción que pertenece a nuestra memoria en boca de estos increíbles bichos, esa es sin duda “Man há Man há”, del reivindicable compositor italiano de bandas sonoras Piero Umiliani. Fue compuesta en 1968 para un documental pero rápidamente popularizada por las marionetas de Jim Henson, las de The Muppet Show y sus primas de Sesame Street, relanzada en diferentes ocasiones, hasta alcanzar importantes puestos en listas de éxitos en 1977. “Man há Man há”, formará parte de la memoria infantil, y no tan infantil, de varias generaciones. Y hoy sigue siendo germen de buen rollo, diversión y buen humor. Su escucha a primera hora de cada mañana es más que recomendable.
Pero son muchos los discos publicados por los protagonistas de los shows televisivos de Henson, algunos son las bandas sonoras de sus películas, otros incluyen divertidas versiones. Personalmente adoro, porque la imagino atrevida e incorrecta en un show infantil de la época, la versión de “Macho Man” de Village People. Una barbaridad.
El single español de “Macho Man” incluía en su cara b una barbaridad aún mayor: una delirante versión del maravilloso tema de Noël Coward “Mad About The Boy”, hoy por todos conocida en la versión de Dinah Washington, titulada en esta ocasión “Mad About The Frog”, para ser cantada, cómo no, por Miss Piggy.
Pero la gran estrella de los discos cantados por estos encantadores bichos, viene de la mano de Sesame Street, y se adentra sin complejos en el universo disco que triunfaba en aquel tiempo. “Sesame Street Fever” es la parodia de “Saturday Night Fever” que cuenta con la participación de Robin Gibb de Bee Gees. No se trata de versiones de las canciones de la película, sino de temas nuevos para la ocasión. Ritmos disco, desenfado y una portada gloriosa.
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