sábado, 16 de septiembre de 2006

El extraño romanticismo hispano

Más allá del fenómeno fans (Miguel Bosé, Iván, Pedro Marín, Pecos, Emmanuel...), y por supuesto de los melódicos clásicos (Raphael, Camilo...), el romanticismo hispano no dudó en emular las baladas italianas o francesas. Con un estilo menos marcado, algunas joyas para enamorados abarrotaron las pistas de baile lento provocando tórridos encuentros entre san franciscos sin alcohol y cruzados mágicos de Playtex. En 1974 el actor Manolo Otero alcanzaba todos los números uno posibles con la espectacular “Todo el tiempo del mundo (Soleado)”, a golpe de terciopelo fraseado y pose de latin lover (Ver "Olvidados: El Bello Otero"). Todo un hito en la música española. Años después los fugaces Ana y Johnny acababan con las cristalerías más finas y sensibles con “Yo también necesito amar”, posiblemente la balada más histérica de la historia del pop español, en formato de coito lírico y conceptual.

Y de regalo unas curiosidades: el exitoso lanzamiento de un señorito andaluz de familia bien, joven y apuesto, llamado Bertín Osborne, antes de convertirse en ese animal televisivo de papada y chulerío. Los Pecos, en el ocaso ya de su carrera, popularizaron otro baladón histérico llamado “Que no lastimen a tu corazón”, que de haber acudido a Eurovisión sería recordada como una de las mejores baladas del pop español. A mí me encantaba, oye. La encantadora y dulce presentadora de televisión Mª Cruz Soriano, que un buen día se reveló como una pianista insultántemente hortera, con un piano hecho de espejitos, como las bolas, y alcanzó el éxito con ello. Por supuesto mucho antes de casarse con un ex ministro y convertirse en alcaldesa consorte de la capital aragonesa. Y para terminar, el escándalo de Gonzalo, años antes de hacer de sí mismo en un capítulo de “Verano Azul”, con una canción llamada “Bellísimo”, que fue azotada por la censura por decir "a la mierda” en pleno estribillo, hasta el punto de reeditar la canción sustituyendo la frase por un oportuno nananá. Exigencias del guión, que se decía entonces. Con todo, la letra original es de lo mejor que se ha parido en este país. Por eso no me resisto a reproducirla al final. Y la versión que suena, por supuesto, es también la original.



"Todo el tiempo del mundo" M. Otero (1974) / "Yo tambien necesito amar" A y J (1976)


"Amor Mediterráneo" B. Osborne (1981) / "Que no lastimen a tu corazón" Pecos (1981)


"Caja de música" Mª Cruz Soriano (1979) / "Bellísimo" Gonzalo (1977)



Bellísimo

Hoy he firmado mi sentencia.
La soledad por el teléfono.
Me has dicho: "bueno, si tú quieres
adiós, muy buenas".

Tu adiós de hielo me ha sonado
como una piedra atada en el estómago.
Se ha terminado nuestro juego,
tu burla amarga.

Por qué he perdido tanto tiempo
pensando en ti a cada paso,
por qué creí ser importante
y al final sólo fui un payaso.
Por qué te abrí mi pensamiento
y confesé lo que yo siento.
Salté volando hacia la Luna,
te hice gozar como a ninguna.
Te preguntaba y tú callabas,
me entristecía y tú dormías,
y en el espejo día a día
me repetía que me amabas.
Te daba todo como un estúpido,
creyendo siempre ser el único.
Me sonreías y decías que...

Soy bellísimo,
soy bellísimo,
a la mierda mi cuerpo
si mi alma está sola.

Ahora en las sombras de mi cuerpo,
donde se ahogan mis palabras,
me siento el ser más feo de la tierra.
Eso me siento.

Sí, me has deseado por mi cuerpo
para exhibirme y pasearme,
como un muñeco que anda sólo,
como un ridículo estandarte,
y mientras tanto mi sonrisa
se iba volando hacia tus ojos.
Te preguntaba si me amabas
y me tratabas como a un tonto,
me sonreías y decías que...

Soy bellísimo,
soy bellísimo,
a la mierda mi cuerpo
si mi alma está sola.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno su articulo sobre el romanticismo hispano