jueves, 10 de agosto de 2006

1. La infancia monoaural

A mediados de los 70, teníamos en casa un pequeño tocadiscos a pilas que mi padre había comprado de segunda mano a un compañero suyo de trabajo y correrías. Era monoaural, de esos que llevan el altavoz incluido en la tapa, aguja de doble cara y tres velocidades: 33 revoluciones por minuto, para los Lp’s, 45 rpm para los singles, y 78 para algunos otros discos, raros ya entonces, que se reproducían a ritmo vertiginoso. Por lo visto también le compró un pequeño lote de singles y ep’s de la época que mi padre se encargó de cuidar como oro en paño. Nada especial, algo de copla de Escobar y Valderrama, melódicos franceses como Aznavour, Dalida o Richard Anthony, y mucho Luís Mariano, Jorge Sepúlveda y José Guardiola. Mi padre además era un gran amante de la zarzuela, género que a mi madre y a mí nos cargaba muchísimo, principalmente por la costumbre que mi padre tenía de cantar con voz lírica cualquier pasaje del género chico allá donde el cuerpo se lo pedía. En público o en privado, su voz según él de barítono, no dejaba pasar ningún sarao. No tenía tanta voz como imaginaba, pero sabía cantar y tenía buen tono. El problema era que primero se ponía a tono, bien por coñac, bien por vino, aunque tampoco nada exagerado, y luego se arrancaba a cantar “Granada”, en plan Mario Lanza (ya sé: no es zarzuela, es de Agustín Lara, pero mi padre conseguía que lo pareciera), y la gente lo pasaba en grande mientras mi madre y yo buscábamos inútilmente un buen escondite.
No heredé su amor por la zarzuela, ni por el repelente Luís Mariano, sólo su gusto por el coñac y el carajillo, que por entonces, junto a la colonia Varón Dandy, era de lo más para el macho del post desarrollismo.

"Granada" Mario Lanza, de la película "Tú eres mía" (Because you're mine).1952.


Recuerdo un disco que teníamos, un long play de Al Bano, que entonces era un prometedor y exitoso cantante melódico italiano, con voz espectacular y una canción, “La Mañana”, que a mi madre le encantaba. Sonó mucho “La Mañana” en mi casa aquellos años, que la cantaba en castellano y todo. No es necesario destacar la decepción que se llevó mi madre tiempo después, con la conversión del cantante en histriónico personaje mediático.

Mi hermana Lola era la moderna de la familia. Era guapa, alta, lista y una fashion victim de los 70. Se cambiaba varias veces de ropa antes de salir de casa y los sábados se hacía la toga, un extraño ritual con el que conseguía que su larga melena quedara lisa y perfecta. Adoraba las minifaldas minúsculas, los colores chillones y los cantantes de moda. Ella tenía sus propios discos: joyas ye-yes de Micky y los Tonys, que cantaban una tontería que me volvía loco que se llamaba “La Gallina”, Los Bravos, Mike Kennedy y “La Lluvia”, ese pedazo de temazo, Los Pekenikes y el grandioso “Hilo de seda”, Los Albas y el irresistible ritmo del “Bugulú”, Los Salvajes con “Todo Negro”, estupenda versión de los Rolling Stones o los fantásticos Canarios y su “Get on your knees”, que eran los más brutos, o al menos eso pensaba yo, que con el tiempo supe que más que brutos es que intentaban parecer negros. Y vaya si lo conseguían. Como Lola era un poco groupie, igual que después lo quise ser yo, no desaprovechó la ocasión de fotografiarse con Teddy Bautista, entonces cantante de los Canarios, que actuaron en Calamocha, Teruel, el pueblo de mi madre, un verano que mi hermana y su novio pasaron allí. Todavía anda esa foto por casa. Pero de entre sus discos, no se sí venidos con el lote del tocadiscos o comprados por ella, recuerdo y conservo con especial cariño varios ep’s de los Beatles de primera época, “Love me do” entre ellos, y el “Honky Tonk Woman” de The Rolling Stones, cuya cara b “You Can’t Always Get What You Want”, me fascinaba y me sigue fascinando. Y por supuesto, “El gato que está triste y azul” de Roberto Carlos, que a Lola le entusiasmaba, y a mi aun hoy me parece la canción más bonita del mundo. Y sus singles de Miguel Ríos, el de “El Río” y el de “El Refugio” que siempre fue mi favorito. Que Lola siempre adoró a Miguel Ríos, y yo también... que en esto de las canciones les debo mucho yo a Lola y a Miguel.


“You Can’t Always Get What You Want” Rolling Stones. Live. 1972.



Son los primeros discos que recuerdo. Las primeras canciones, las más escuchadas en mi casa en ese tiempo. Eso y la radio, que a mi hermana le encantaba también la radio. Y la radio era estupenda porque sonaban Chicago y Gilbert O’Sullivan, Elton John y Santana, Supertramp y Roberta Flack. Porque entonces la televisión empezaba a mediodía, y solo emitía una cadena hasta la tarde, y había mucho tiempo para la radio. Era estupendo, porque hay gente a la que nos gusta el ruido de fondo para las cosas de la vida. El mismo ruido de fondo al que cantó Miguel muchos años después. El ruido ese al que contribuye hoy la televisión, pero que entonces era más de la radio, y de las canciones dedicadas de las novias a sus chicos... A veces aun imagino que alguien me dedica “Close to you” de los Carpenters y entonces no puedo evitar pensar que me he perdido algo esperando una dedicatoria que nunca llegó. Ahora la tele ha podido con todas las personas débiles e impresionables como yo.

Aún conservo un tocadiscos antiguo. No ese, otro como ese que funciona y todo. Y aun me descubro a mi mismo de vez en cuando, escuchando el “Sugar, sugar” de The Archies, el “Honky Tonk Woman”, el “Love me do”, “El Río”, o el “Pata Pata” de Miriam Makeba, que era una cosa maravillosa, exótica, y madre de tantas otras cosas maravillosas y exóticas que vendrían muchos años después. Y los momentos estelares de “El Lago de los Cisnes” de Tchaikowsky, que ya me veías a mi, y me ves, subiendo y bajando en plan bestia, como dirigiendo la orquesta, la rueda de volumen...


"Pata pata" Miriam Makeba. 1967.


Por supuesto hoy, todos esos discos obran en mi poder. En mi casa pronto se supo que el asunto de los discos sería cosa mía. Hasta el punto de convertirse en una obsesión. En el centro de todas las cosas. En la esencia de muchos de mis recuerdos. En mis memorias a 45.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sublime

Espero con impaciencia el numero 2

Un abrazo

Anónimo dijo...

queremos masssssssssss...!

Anónimo dijo...

Jooooo... que bonito!! mis recuerdos de música empiezan casi ya con el Cd, aunque creo que te regalé el single de Angie de aquella colección que tenía mi padre de una máquina de discos de su época. Esos singles y el de "I Promise myself" es lo único que cate en vinilo.....

Voy a seguir leyendo