miércoles, 8 de octubre de 2008

25. Pegado al televisor

La llegada del verano significaba lo mismo todos los años: dos meses en la tienda de campaña que plantábamos junto al chalet de mis tíos. Y dos meses de correrías en mi vespino del año 65, color lila y con el cilindro trucado, también conocida como “la cof-cof”, junto a mis primos y los amigos vecinos. Así pasábamos el verano haciendo el ganso por aquellos caminos y por los pueblos cercanos.

Pero el verano del 85 aportaría una novedad que trastocaría mis planes.
Allí durante las vacaciones se veía poca televisión, y como salíamos todas las noches, tampoco escuchaba mucha radio. Así que aquel acontecimiento me pilló por sorpresa. Televisión Española retransmitía en directo el gran acontecimiento del año, la década y hasta siglo: el gran concierto Live Aid, que se celebraba simultáneamente en Philadelphia y Londres, y que organizaba Bob Geldof, el irlandés guapito canalla que cantaba eso de que no le gustaban los lunes, y que protagonizó “The Wall” la película de Alan Parker sobre el disco de Pink Floyd.


"I don't like mondays". Boomtown Rats. Live. 1981

Decenas de primeras figuras mundiales, juntas por primera vez, a beneficio de las víctimas del hambre en África.

Mis tíos tenían un televisor en blanco y negro, pero como no disponíamos de línea eléctrica, funcionaba a través de las placas solares que mi tío Leonardo había instalado en el tejado. Yo nunca supe si porque la tecnología solar no daba aún para tanto, o si el que no daba para tanto era mi tío Leonardo, pero la nevera no enfriaba y la tele se veía muy muy rara.

Y llegó el día, y ahí estaba yo, intentando ver y escuchar un televisor en blanco y negro que casi funcionaba por arte de magia, y en cuya pantalla se reflejaba todo el porche soleado y el tórrido secarral que lo envolvía.

No recuerdo bien la cantidad de horas que estuve frente al televisor, sentado en una silla de camping plegable, y rezando para que aquellas placas solares no caducaran antes de acabar el concierto. Comí, merendé y cené con una bandeja sobre mis piernas y ante la mirada confundida de mi abuela que no entendía nada de nada.

Hoy, cuando busco información de aquel concierto, me horrorizo al descubrir que no recuerdo a Neil Young, ni a Elvis Costello. Claro que yo no les conocía por entonces. Recuerdo muy bien a una jovencísima Madonna a la que todavía le quedaba mucho por demostrar, cantando “Into de groove”, uno de mis temas favoritos de siempre.

Y Duran Duran y a Spandau Ballet, que estuvieron fantásticos. Duran Duran dieron mucho que hablar porque al parecer Simon, el guapísimo y estupendo Simon Le Bon, soltó un gallito impropio de la gran estrella que era justo en la hora punta del acontecimiento televisivo del milenio, lo que supuso la mofa de la prensa británica de la época. Yo no lo recuerdo así, supongo que porque en ese instante estaba tirándome del pelo, envenenada de furor colegial y erección adolescente. Yo no lo recuerdo así, pero fue así. Repasando los videos originales no cabe la menor duda: a los dos minutos y cincuenta y cinco segundos de canción, Simon vomita un gallo que de inmediato da la vuelta al mundo.


"A view to a kill". Duran Duran. Live Aid. 1985

Recuerdo a Bryan Ferry, por entonces era uno de mis cantantes favoritos. Siempre me ha encantado su peculiar voz, y esa querencia por las grandes versiones de las grandes canciones. A él le debo el descubrimiento de “Jealous Guy” de Lennon, en aquel concierto. Y eso que se fue de tono varias veces mientras la interpretaba.
Con todo, las grandes estrellas fueron los habituales Clapton, Sting, y Queen o Dire Straits.

Pero sobre todo recuerdo muy bien tres apariciones que por diferentes motivos, merecían la pena de estar todo el santo día frente a un televisor que no colaboraba nada: Thompson Twins, U2, y David Bowie.

Los Thompson Twins eran una de mis bandas favoritas. Un grupo de pop que supo coquetear con el tecnopop y que cada año lanzaba canciones maravillosas como “Lay your hands on me” o “Hold me now”. Tocaron ésta última y un tema increíble que se llamaba “Revolution”, y que resultó ser de The Beatles, con Madonna haciendo coros en segundo plano. Fantásticos.


"Revolution". Thompson Twins. Live Aid. 1985

U2 era una banda ya conocida. Temas como “Sunday Bloody Sunday" o sobre todo, “New year's day” habían sonado mucho. Yo incluso tenía algunos discos de ellos. Pero la interpretación de “Bad”, un tema escondido en su entonces último disco, con más de diez minutos de duración fue lo más espectacular de aquel macroconcierto. Incluso Bono se permitió introducir algunas frases de temas clásicos de Lou Reed o The Rolling Stones en el largo desarrollo de la canción. Y esa guitarra inconfundible de The Edge, como mágica. Fue tan emocionante y tan estremecedor que llegué a soltar algunas lágrimas mientras mi abuela hacía punto sin retirarme la mirada atónita.


"Bad". U2. Live Aid. 1985

Y sí, apareció David Bowie. Yo le conocía básicamente por aquel extraño videoclip de “Ashes to Ashes” que me encantaba, y por su gran éxito “Let’s Dance”. Pero el Bowie que subió a aquel escenario cantó majestuso clásicos como “Rebel rebel”, para mí entonces desconocida, modernidades como “Modern Love”, que yo adoraba, y una extraña y larga canción, monótona y espeluznántemente atractiva que se llamaba “Heroes”, y que yo conocía en castellano por la versión de Parálisis Permanente. Ese hombre tenía el poder de cantar esa canción como si fuera lo último que hacer en la vida. Y yo le entendí perfectamente. Una vez más cambió mi manera de entender la música, mi forma de ver las cosas y de disfrutarlas. Aquel otoño, compré libros sobre él, y unos cuantos vinilos recién reeditados que devoré sin pensar. Algo que sigo haciendo con la misma emoción de entonces. Y sí, reconozco que aun hoy, mataría por haber estado en ese momento allí.

Nunca me perdonaré no haberme enterado antes de aquella emisión, y no haberme organizado todo para estar tranquilo y en casa, con mi tele en color, y disfrutando del placer y de la envidia, con mi vida aparcada durante varias horas. Me queda la memoria... y el Youtube, claro.



"Heroes". David Bowie. Live Aid. 1985

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado este blog tanto por lo musical como por lo cultural
me encanta los recuerdos que me traen las canciones asi como los acertados comentarios que en mucho me he sentido reflejado, un saludo desde Chipiona.

Anónimo dijo...

que me lo pongo en favoritos.

cristoferson dijo...

Este blog es la envidia de muchos, envidia sana por supuesto. Esta muy currado y aunque yo viví todo lo que en él se expone, con los comentarios sobre las canciones, los conciertos, etc. amplío mis recuerdos. Ahora hay buena música también, pero que quereis que os diga, estas canciones son tan genuinas y de una época tan especial que será difícil que se repita una generación así. Animo, que hay muchos que te seguimos.